2008-12-17

La esperanza de la Naturaleza esta en la investigacion

Aún desde los días recalcitrantes de los inicios ecologistas, cuando iba a las manifestaciones de las Madres de Plaza de Mayo con una solitaria bandera verde con "Ecologismo presente" escrito en letras blancas, y que nadie sabía ni qué significaba, yo ya estaba a favor de la energía nuclear y de la investigación genética, y desde entonces hasta ahora nunca se me ha ocurrido ni por un momento cambiar esa posición.

A veces los ecologistas tienen la peligrosa tendencia de pensar que el pasado siempre fue mejor, y que la ciencia sólo traerá desgracias.
Nada más lejos de la realidad.
Asociada a esta superstición está la idea de que todas las culturas primitivas deben ser respetadas, lo cual es el colmo del racismo hipócrita.
Yo viví cerca de tribus indígenas selváticas en el Paraguay de mi niñez, y sé que no la pasaban nada bien, sobre todo en temas de salud. Podían morir por una caries infectada; así de simple.
La película "La Misión" relata (un poco exagerada y católicamente) el hecho histórico de que los indígenas de mi zona se resistieron a volver a la selva, a su vida anterior, y tuvieron que ser desalojados de las misiones jesuíticas a cañonazos.



Los sostenedores de la frase "todas las culturas deben ser respetadas" suelen hallar un límite ante los sacrificios humanos, las mutilaciones y el canibalismo - prácticas ampliamente extendidas en todo el mundo antiguo - pero a veces son condescendientes con prácticas que son asqueantes e insalubres y que ellos jamás permitirían a sus seres queridos, pero bue... parece que los miembros de tribus exóticas no son tan "seres queridos", y por lo tanto debe permitirse que sigan con sus costumbres sacrosantas, como lo muestra este video, por ejemplo:



Estas tribus deben ser expuestas a la modernidad, y luego ellos serán suficientemente inteligentes para adoptar lo bueno y rechazar lo malo de ambos mundos.
Pensar que ellos no podrán hacer eso implica que no confiamos en absoluto en su inteligencia!!!

Meterlos en jaulas virtuales sin contacto con la civilización, sin intervenir para sacarlos de su ignorancia, no sólo es inhumano sino profundamente racista, ya que consideramos que ellos están "genéticamente diseñados para esa vida".


Europa también estuvo compuesta por tribus indígenas tribales, como cualquier otra parte del mundo.
¿Y qué hicimos?
Pues al tomar contacto con el pensamiento racional hemos modificado nuestras costumbres, hemos desechado nuestras supersticiones, de acuerdo a todo lo que hemos aprendido. Ya no tiramos más gente a los leones en los circos, ya no creemos que la Tierra es el centro del Universo, y las mujeres se han puesto a la misma altura del hombre en montones de cosas.
Sólo para citar algunos ejemplos.

Ok, ok, es cierto que Occidente ha sido causa de guerras y desastres ecológicos, pero yo no estoy diciendo que esta es una sociedad perfecta, ni mucho menos. Lo que digo es que, incluso con sus grandísimos errores, sin el avance científico y cultural que se dió en Occidente, este mundo sería un infierno inimaginable una vez que la superpoblación tomó velocidad.

El advenimiento de la modernidad en Occidente no implicó un automático cambio de las tribus europeas al 100% de pensamiento racional ni a la percepción profunda de la Naturaleza.
Es un proceso gradual, pero de igual manera, este proceso tiene su origen y su mayor fuerza en Occidente (extendiéndose a la India y países del extremo oriente), y aún tiene enemigos formidables, como el islamismo, el fascismo y el comunismo.

Tenemos que valorar lo que está sucediendo en Occidente.
El ecologista típico europeo, americano y latinoamericano son, por regla general, antioccidentalistas. Esto es un error de peso que ha llevado al ecologismo occidental a apoyar a dictadores sanguinarios y a ideologías de tiranía, y a sumirse en contradicciones enormes que terminarán por destruir el movimiento por su falta de coherencia.

En la siguiente nota, este científico italiano que antes perteneció a la tribu europea católica (y que abandonó amistosamente esa tribu) expresa muy claramente la magnitud del papel de la ciencia en el proceso del cambio que estamos pasando.
Es exactamente al revés de lo que lo que piensan muchos ecologistas: sin investigación genética el mundo puede terminar en una catástrofe inimaginable.
Sólo para dar una idea de cuánto pueden ayudar los alimentos genéticamente modificados:
Si la población actual mundial tuviera que prescindir de los alimentos transgénicos, entonces deberíamos haber tirado el Amazonas hace rato ya, para cultivar allí. Y ni siquiera eso ya nos alcanzaría. La llegada de los transgénicos fue, pues, uno de los factores que ayudaron a conservar las selvas hasta hoy.

"Los seres humanos nunca somos del todo racionales"

En opinión del biofísico italiano, el cerebro del hombre es perezoso por naturaleza
Boncinelli: "Los seres humanos nunca somos del todo racionales"
Boncinelli: "Los organismos genéticamente modificados son una bendición, pese al miedo de la gente"

Foto: Elisabetta Piqué

Elisabetta Piqué
Corresponsal en Italia

ROMA. Edoardo Boncinelli, reconocido biofísico italiano que se dedicó durante 30 años al estudio de la genética y de la biología molecular de los animales superiores y del hombre, no tiene dudas. "Los hombres nunca somos racionales. Aun cuando nos esforzamos y nos empeñamos, los hombres no somos nunca del todo racionales porque nuestro cerebro es perezoso y prefiere sacar conclusiones rápidas, pero equivocadas, antes que lentas, pero rigurosas", dice en una entrevista con La Nacion.

Nacido en 1941. Boncinelli es docente en la Facultad de Filosofía y de Psicología de la Universidad Vita-Salute, de Milán. Escribe regularmente en la revista Le Scienze y en el Corriere della Sera . Además, fue director de la Escuela Internacional Superior de Estudios Avanzados de Trieste.

"Siempre fui un apasionado del cerebro, algo fascinante, y siempre tuve una tendencia hacia la filosofía, pero científica", cuenta. En los últimos 12 años, este intelectual que tiene el gran don de saber hablar de forma comprensible de complejos temas científicos ha escrito 24 libros. Ahora está trabajando en otros tres: uno sobre la libertad, otro sobre la conciencia y otro sobre la racionalidad, justamente...

-¿Qué hay en el cerebro que hace que tengamos el lenguaje?

-Si lo supiera antes de morir, estaría muy contento. Qué hace que nosotros aprendamos y usemos el lenguaje y los animales no es una de las preguntas más lindas que se puedan imaginar. En los genes no está escrito. Por lo tanto, debe de estar escrito en esa parte del genoma que todavía no sabemos leer.

-Pero sabemos muchas cosas. Por ejemplo, en su último libro, Cómo nacen las ideas , usted explica que en una zona del cerebro están los números genéricos.

-Sí, aprendimos muchas cosas sobre el lenguaje, pero todavía no sabemos qué es lo que nos da el poder para aprender el lenguaje. Aprendimos muchas cosas que a los hombres no les gustan, como por ejemplo que nunca somos racionales. Aun cuando nos empeñamos y nos esforzamos con todo para ser racionales, no lo somos, porque nuestro cerebro es perezoso y prefiere sacar conclusiones rápidas y equivocadas, antes que lentas y rigurosas.

-¿Usted tampoco? ¿Un famoso científico no es racional?

-¡Claro, todo el mundo! El cerebro es perezoso. Por otra parte, el cerebro, que fue hecho 150.000 años atrás, no estaba hecho para las sutilezas matemáticas de hoy.

-¿Cuán genéticamente distinto es el hombre de hoy con respecto al de hace 100.000 años.

-Absolutamente nada. Lo que se piensa hoy es que el hombre es genéticamente idéntico desde hace exactamente 150.000 años: lo importante del genoma no ha cambiado.

-¿Ni siquiera el cerebro?

-Absolutamente no. Todo lo que se dice al respecto son cuentos.

-¿Cómo es posible que nuestro cerebro no haya cambiado, si el mundo cambió muchísimo?

-Esto es lo lindo del ser humano: mientras los animales sólo tienen la evolución biológica, y por lo tanto una adaptación lentísima, el hombre, además de la evolución biológica también ha tenido una evolución cultural, que va rapidísimo, quizá demasiado rápido. Nosotros nacemos exactamente como los hombres de hace 150.000 años. Pero, atención, nosotros tenemos una suerte de doble nacimiento, porque bastan pocos meses, pocos años, para que el niño de hoy a los 3 años sea distinto del niño de 3 años de la era de las cavernas. A los 5 o 6 años diría que es muy distinto del niño de hace 150.000 años. Nuestro cerebro es totalmente maleable y en los primeros años todo lo que pasa es esculpido como si hubiera estado desde el nacimiento. Esta es la gran diferencia.

-¿Todavía podemos evolucionar en el orden biológico?

-Seguramente, pero harán falta 200.000 o 300.000 años. Nadie puede prever el futuro, pero ése es el ritmo de la evolución. Antes de que nosotros hagamos una evolución biológica, el hombre habrá intervenido sobre su genoma. Porque en unos 15 o 20 años será posible intervenir artificialmente sobre nuestro genoma, algo que será un evento excepcional.

-En cuanto al problema ético y moral, ¿como ve la manipulación genética?

-Para mí es una discusión lindísima la de qué se debe elegir. Los diarios dicen "hijos rubios con ojos celestes", pero me parece una de las estupideces más grandes que se puedan imaginar. Sí, en cambio, se puede hablar de hijos más inteligentes, más longevos, más sanos... Aunque mi apuesta es que los primeros genes que se tocarán serán los que regulan la extensión de la vida. Ahora tendemos a vivir cien años, pero tocando algunos genes podremos vivir doscientos o trescientos. ¡Entonces seguramente el mundo será dado vuelta absolutamente!

-¿Estaría de acuerdo con semejante manipulación?

-Yo estaría de acuerdo si está bien hecho. Yo siempre estoy de acuerdo con todo, si está bien hecho.

-¿Con la manipulación genética el hombre podrá ser moralmente mejor?

-Los rasgos complejos, como la inteligencia, la docilidad, la bondad, la voluntad, no son controlados por un gen, pero tampoco por cientos, o por miles, sino probablemente por miles de millones de genes. No podemos esperar que cambiando un gen o diez genes tengamos grandes resultados. Sobre el problema moral, yo escribí un libro titulado El mal , en el que dije muy claramente que el mal y el bien son dos conceptos relativos. Hay que ver en un momento qué es lo que la humanidad, no una nación sí y otra no, considera el mal y considera el bien. Yo no sé qué es bien o qué es mal. Sí, lo sé con mi vida, con mis hijos, con mi mujer, pero nunca me pondría a decirle a otro qué es bien y qué es mal, como hace la Iglesia. Es la humanidad la que debe decidir adónde quiere ir.

-¿Usted es católico, creyente?

-Soy bautizado, me casé por Iglesia, enseño en una universidad que en Italia consideran católica, pero no soy creyente. Pienso que detrás de una manzana que cae está la fuerza de gravedad, pero el primitivo no lo sabe y cree que detrás de la manzana que cae está la mano de Dios. Por eso la espiritualidad no es un punto de llegada, sino un punto de partida que siempre ha evolucionado.

-¿Por qué la gente le tiene miedo a la ciencia?

-Porque el hombre, como todos los animales, le tiene miedo a lo nuevo, y la ciencia es lo nuevo. Hasta hace 100 o 150 años sobre un plato de la balanza estaba el miedo a lo nuevo, pero del otro estaba que esperábamos ventajas materiales. Ahora tuvimos tantas ventajas, objetivamente, que ya no existe equilibrio. Pero después hubo un error gravísimo: prometer en nombre de la ciencia cosas que no podían prometerse. La ciencia puede dar bienestar material, pero no puede dar la felicidad ni la sabiduría. Cuando el hombre se da cuenta de que es tan infeliz como antes, y que no es sabio, queda decepcionado y se rebela contra la ciencia.

-¿Qué piensa de los organismos genéticamente modificados?

-Que son una bendición a la cual, para variar, la gente le tiene miedo...

-En la Argentina es todo OGM, y los tomates no tienen gusto a nada...

-Pero tampoco la manzana norteamericana tiene gusto a nada. No por los OGM, sino simplemente porque la sacan del árbol cuando todavía está inmadura. Lamentablemente, las exigencias del mercado nos hacen comer manzanas lindísimas que no tienen gusto a nada, tomates lindísimos, pescado lindísimo, criado en casa prácticamente, es cierto, pero no tiene nada que ver con los OGM.

-¿Está a favor de las investigaciones con células madre?

-Claro, porque es la esperanza del futuro. Cuándo se realizará, no lo sé. Todo empezó hace diez años. Cuando me entrevistaron dije que era inminente la utilización, pero, en cambio, todo fue lento. Por un lado, hay gente que frena; por otro, hay gente que promete el oro y el moro. Dicen que tendremos todo mañana, pero no será mañana porque aún hay cosas que no sabemos hacer.

FUENTE:
Los intelectuales / Edoardo Boncinelli"Los seres humanos nunca somos del todo racionales"

En opinión del biofísico italiano, el cerebro del hombre es perezoso por naturaleza

lanacion.com | Cultura | Mi�rcoles 17 de diciembre de 2008

4 comentarios:

Perico dijo...

Yo por formación soy ingeniero informático, con lo cual, mis conocimientos en materia relacionada con la ingeniería ambiental, forestal y derivados, son más bien escasos salvo por las ocasiones en que, como autodidacta, intento entender ciertas cosas para poder comprender otras.

Lo de los OGM yo lo cogería con pinzas y con unas cuantas, porque los OGM me parece algo así como "jugar a ser Dios" cuando en realidad sólo somos un producto del mismo.

Entre los motivos varios para defender los OGM, me llamó la atención que uno de ellos fuera precisamente el dar abasto a una población que no para de crecer y, en este sentido, eso precisamente me parece una huida hacia delante. Eso no es afrontar el problema, afrontar el problema es frenar el crecimiento de la población y cambiar los hábitos de alimentación.

De momento, y hasta que alguien me haga ver lo contrario, siento mucho pensar que los OGM son un producto más del negocio de las grandes corporaciones, las cuales no escatiman en ganar dinero a costa de lo que sea.

Ciencia sí, por supuesto, pero permitidme que no coincidamos aquí. Desafortunadamente, en España, no se nos da la opción de decidir sobre si en nuestros cultivos queremos OGM o no, simple y silenciosamente, se nos impone.

Un saludo.

Perico dijo...

Y por cierto, yo no pienso que el pasado fue mejor (lo que tampoco quita que haya cosas que se puedan recuperar). De hecho, creo que un futuro y otro mundo mejor es posible, pero para ello, entre otras cosas, nuestra manera de relacionarlos con el dinero, el poder y la codicia tiene que cambiar. Mientras sigamos pegados al reloj y pensando que todo vale con tal de ganar dinero mal vamos.

Un saludo Galaxio.

Marcial Galaxio dijo...

Que tal Perico, tanto tiempo...
Te sorprenderá mucho que te diga que estoy de acuerdo con vos?
Paso a explicarte:

Los OGM: la modificación genética no es algo nuevo para el hombre, ya que lo ha venido haciendo desde hace miles de años con casi todos nuestros alimentos vegetales cultivados y nuestros animales domésticos. La investigación en este sentido pienso que no es "jugar a ser Dios" porque, muy posiblemente, incluso la posibilidad de modificar nuestros genes ya estaría programada en nuestros genes.
Es decir... nosotros estamos a punto de modificar nuestros propios genes, pero eso no sería posible si tal posibilidad no estuviera en nuestros genes, por lo tanto, dicho de otra foma, "jugar a ser Dios" forma parte del plan de Dios.
Toda investigación y experimentación científica conlleva riesgos y errores, pero la visión de que TODA la investigación en este campo es llevada a cabo por monstruos como Monsanto (porque esta empresa ha tenido comportamientos monstruosos) es simplemente falsa. Hay muchos científicos que investigan en este campo con la sola intención de mejorar todo. Cada vez más, las corporaciones son más vigiladas debido a sus acciones del pasado. Para confirmar esto, sólo basta mirar la libertad todopoderosa de la que gozaban en los 60, digamos, y los múltiples controles que tienen ahora.
Un buen ejemplo son precisamente las barreras que la UE pone a los alimentos transgénicos, en particular, la soya, que aquí en Argentina se consume a libre antojo.
A favor de los transgénicos debo decir que hasta el día de la fecha no existe un solo estudio que eche la más mínima sombra sobre su salubridad luego de haber pasado por pruebas científicas minuciosas, y la real prueba de ello es que su producción y consumo por mas de 11 años y por mas de 500 millones de hectáreas y millones de consumidores humanos y animales, no ha habido siquiera un solo caso de daño a la salud humana o de animales domésticos. Se han reportado casos esporádicos mínimos de efectos sobre el ambiente, que han sido de naturaleza menor y que se han podido corregir cuando eran problemáticos.

Ahora bien, respecto a tu opinión de que los OMG han servido para alimentar a la superpoblación, pateando de esta manera el problema al futuro... tienes razón. Estamos totalmente de acuerdo en que la madre de casi todos los problemas ambientales que tenemos es la superpoblación humana, y la única manera de pararlos es deteniendo este crecimiento. Es muy fácil demostrarlo: si nuestra civilización, con todos sus adelantos tecnológicos contaminantes, estuviera reducida a un país como Francia, y en el resto del mundo no hubiera humanos, pues no existirían la enormidad de catástrofes que vemos.
Así pues, éste es un problema mayor. Lo que quise decir es que, dado este problema sin resolver, había dos maneras de evitar que los niños murieran de inanición y que las selvas sobrevivieran: con o sin alimentos transgénicos. Y es verdad que pateamos el problema para adelante, pero mientras tanto millones de niños se salvaron y millones de hectáreas de selva sobrevivieron gracias a los transgénicos y sus altos rendimientos por hectárea.

Tu frase final no necesita mayores comentarios:

De hecho, creo que un futuro y otro mundo mejor es posible, pero para ello, entre otras cosas, nuestra manera de relacionarlos con el dinero, el poder y la codicia tiene que cambiar.
Mientras sigamos pegados al reloj y pensando que todo vale con tal de ganar dinero mal vamos.


Simplemente, es así.
Sin esto, nada de lo anterior servirá; es el quid de la cuestión.

En el fondo, estamos ante un problema moral/religioso de nuestra forma de relacionarnos con la Naturaleza.

Saludos!

Perico dijo...

Hola de nuevo socio. Sí que es cierto que durante miles de años hemos estado haciendo modificaciones genéticas, pero la última palabra siempre la ha tenido la naturaleza. Es decir, haces por ejemplo un injerto y es la planta quien decide, no tú. Es la naturaleza la que decide si el cruce es apto o no.

En el caso de los transgénicos es diferente porque somos nosotros quien decidimos. Somos nosotros los que abrimos el "núcleo" y los que decidimos los cambios. Estamos cruzando una barrera que no sabemos si va contra natura a pesar de que en un principio la cosa pinte bien. Y jugando a ser Dios, estamos poniendo en circulación una nueva forma de vida con no sé qué autoridad.

Hace un par de años que estuve en una mesa redonda en la que se trataba este asunto entre técnicos y alumnos de la universidad. Mi pregunta definitiva fue si alguien pondría la mano en el fuego por la inocuidad de los OGM. Nadie se atrevió a ponerla.

También es cierto que las grandes corporaciones están más controladas, pero yo no pienso que lo sean tanto. Tan sólo tienes que ver los descalabros de Unilever, Nestlé o Procter and Gamble por no mencionar otros tantos.

Y sí, es cierto que hay científicos que ven los OGM con buenos ojos, pero como te decía, hay otros que no comparten esa opinión.

Otro de los problemas que presentan los OGM es que son intrusivos y cuidado con ello. Por un lado por el tema de patentes y por otro porque nos contaminan la comida a los que no queremos OGM.

En fin Galaxio, que como puedes ver este tema nos puede llevar muuuuchooooo blog.

Un saludo majo y buenas noches desde Europa.