2006-12-30

La pena de muerte es una pena

La pena de muerte no se debería aplicar absolutamente a nadie, por más terribles que hayan sido sus crímenes. Según la larga experiencia con penas de muerte ejecutadas luego de 10 años en los Estados Unidos, muchos condenados habían cambiado psicológicamente en forma completa en ese corto lapso de tiempo. A pesar de que otros criminales no cambiaron ni en 40 años, el dato de los que sí cambiaron basta para dar una oportunidad a todos. A los criminales no se los puede mandar al infierno; ya viven entre sus fuegos desde antes de cometer sus crímenes.

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2006-12-05

La tendencia politica puede ser genetica

Un estudio realizado en la Universidad de Rice  dio como resultado que los gemelos idénticos coinciden mucho más en política que los hermanos mellizos.
Esto sería una confirmación de nuestras afirmaciones acerca de que la Vida prediseña tanto la función como el entorno de cada individuo - sin que por ello estemos obligados a seguir sus
designios. También confirma lo que afirmamos sobre los partidos políticos, en el sentido de que sus miembros están emparentados mucho más por su tipo de personalidad (temperamento psicofísico) que por las ideas.

Algunos párrafos del artículo:

Los genes influyen mucho más en nuestras convicciones políticas que las ideas familiares y el entorno, según una investigación de la universidad norteamericana de Rice. Una encuesta a 8.000 pares de verdaderos y falsos gemelos descubrió que los gemelos auténticos, que comparten el mismo código genético, responden con gran similitud a las mismas cuestiones, mientras que los falsos gemelos expresan opiniones diversas. Considerando que los gemelos auténticos, al igual que los falsos, participan del mismo entorno, la disparidad de resultados entre los dos grupos sólo puede ser explicada por la genética, común a los gemelos auténticos, concluyen los investigadores. El estudio ha despertado ciertas reservas, al considerar que la similitud de creencias políticas entre gemelos auténticos no puede ser atribuida únicamente a la genética, ya que es posible que se deba asimismo al entorno.

El estudio desafía la creencia establecida de que la educación de nuestros padres y la influencia de nuestro entorno familiar y social son los responsables de nuestras ideologías políticas.

Para los autores de esta investigación, nuestras ideologías políticas proceden de un estrato más profundo de nuestro ser: la genética, ya que son los genes los que determinan principalmente nuestras convicciones políticas.

Los padres y el entorno en el que crecemos pueden fortalecer o variar una tendencia inicial, según el estudio de referencia. Los efectos de la ideología que nos trasladen en la infancia permanecerán probablemente para el resto de nuestra vida, por la edad en que nos llegan. De hecho, los investigadores señalan que un cambio respecto a las ideas recibidas en la primera infancia se da sólo en un 6% de los casos de adultos estudiados.

Sin embargo, y al contrario de lo que siempre ha defendido la investigación tradicional sobre las orientaciones políticas que heredamos, existe un importante componente genético en nuestras convicciones políticas, lo que ayuda a explicar, por ejemplo, por qué las actitudes de los padres, ya sean muy autoritarios o, por el contrario, demasiado permisivos, tienen poco efecto en las actitudes políticas de sus hijos.

A partir de los datos mostrados en su investigación, Alford y sus colegas han descubierto que la genética es responsable de más o menos la mitad de las diferencias en las orientaciones políticas entre los padres y su descendencia. De hecho, la influencia social y familiar en la definición de dichas orientaciones sólo afectaría en un 11% de los adultos, incluyendo los criterios inculcados por los padres.

En el caso de las tendencias personales a tener opiniones políticas concretas más allá de la ideología, la genética explica más de un tercio de las posibles variables, mientras que la educación o la influencia de los padres es prácticamente insignificante, señalan los investigadores.

Los científicos señalan que los resultados del estudio deben ser tenidos en cuenta por los politólogos, que deben incorporar las influencias genéticas, específicamente las interacciones entre genética hereditaria y entornos sociales, en el desarrollo de modelos de formación de actitudes políticas.

En próximos estudios, estos científicos intentarán determinar si las orientaciones políticas liberales o conservadoras enraízan en tipos específicos de personalidad, de manera que pueda explicarse por qué ambas tendencias difieren tanto.

 
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